Durante la Solemnidad de San José y en un ambiente cargado de recogimiento, este 19 de marzo, 24 estudiantes del Instituto de Humanidades de Concepción, vivieron su Primera Comunión, en una Eucaristía presidida por el asesor espiritual del colegio, Pbro. Mauricio Aguayo.
En un momento de encuentro para la comunidad de padres y apoderados, los estudiantes pudieron renovar su fe en Dios y recibieron por primera vez a Jesús Sacramentado.
«Estamos viviendo un acontecimiento tremendo, porque es el encuentro de nuestros corazones con Jesús, especialmente este día en que ustedes (niños) recibirán de manera sacramental la presencia de Jesús». Con estas palabras el padre Mauricio les dio la bienvenida los presentes.
Durante su homilía puso énfasis en que «Dios cree que ustedes, niños y niñas, tienen capacidades enormes y hoy los está llamando a unirse a su plan para cambiarle el rostro al mundo. Yo los quiero invitar en este día a renovar su fe y hacerse parte de la historia de Dios, que viene a nosotros para que lo acojamos».
Tras la Eucaristía, Ximena Sáez, catequista de uno de los grupos que recibió por primera vez la eucaristía planteó que: “Ellos se han preparado por mucho tiempo, llegaron a este punto y no es un evento más en la vida, sino que es un antes y un después, es vivir la fe de manera distinta y un nuevo modo de encuentro con el Señor Jesús”.
Por su parte, la catequista de padres y apoderados, Carmen Vega comentó que: «Damos gracias a Dios porque nos permitió vivir este momento. Existe mucha alegría en los corazones de todos los niños y apoderados que fueron parte de este largo proceso».
Los apoderados, familiares, profesores y directivos del colegio fueron partícipes de este momento, el cual estuvo cargado de emoción y de cercanía con Dios.
Alison Astulla, madre de Iñaqui del 7°A, expresó que: «Fue un camino largo por el tema de la pandemia, el contexto debilitó a veces el ánimo pero con fe y el acompañamiento pastoral que entrega el colegio se pudo lograr. Estoy contenta y orgullosa porque fue una decisión de él vivir este momento».
Amparados por la figura de San José, los estudiantes se encomendaron a él y a la Virgen María para pedirles que, por su intercesión, no se aparten del camino de fe y den testimonio de Dios en el mundo.





















