Como es tradición, cada año los Colegios de Iglesia de la Arquidiócesis de Concepción son invitados desde la Vicaría de Educación a iniciar el Mes de María con una peregrinación al Cerro La Virgen. 

En esta ocasión la actividad realizada el 4 de noviembre contó con la participación presencial de 18 establecimientos Católicos. Quienes iniciaron la jornada en la Plaza Juan Bosco con una oración dirigida por el Colegio San Agustín. 

Luego, en el ascenso al cerro los Colegios La Asunción e Instituto de Humanidades de Lota prepararon las estaciones: la Visita de María a su prima Isabel y María, Madre de Jesús. Ofreciendo un espacio de reflexión acerca de la figura de esta como nuestra Madre y servidora. 

Al llegar a la explanada del cerro, las distintas Comunidades Educativas fueron recibidas con música y cantos para dar comienzo a la Eucaristía. Solemnidad presidida por el Obispo Auxiliar de Concepción Mons. Bernardo Álvarez. 

Quien en su Homilía señaló que la celebración de la Inmaculada Concepción ha marcado a la  humanidad, más allá de ser creyentes, porque el sí de María y el sí de Jesús a traído grandes consecuencias “Nuestra sociedad se ve vulnerada, hay tantas crisis, tanta injusticia, y eso es por culpa de todos nosotros, porque nuestro sí no está dirigido de verdad hacia Dios. El sí que le podríamos dar a él no lo hacemos; nos hacemos los sordos frente a su llamado o simplemente lo hacemos de forma mediocre” señaló. 

A lo que agregó “Nuestro sí con amor y decisión podría darnos grandes consecuencias de bien, por eso los invito a pensar. Así como María fue llamada a participar de un proyecto de servicio a la humanidad, también Dios podría estar llamándolos a cada uno de ustedes”. 

En este sentido animó a los asistentes a seguir perseverando en comunidad “El hecho de peregrinar juntos nos hace más fuertes, cuando nos reunimos el testimonio se hace más veraz y eficaz” concluyó.

De igual forma, Adriana Fernández, Delegada Episcopal de la VPE indicó que uno de los objetivos de esta actividad, junto con el sentido comunitario y vinculación entre las comunidades educativas es resaltar la figura de la Virgen María que “nos enseña cómo abandonarnos totalmente a la voluntad del Padre, con sencillez y humildad, guardando todos los momentos importantes en el corazón.  Nos muestra que debemos aceptar con generosidad, con amor, confiados en lo que el Señor tiene preparado para cada uno de nosotros”. 

En relación a eso agregó “en ella vemos el ejemplo de fortaleza en el dolor, como lo es la pérdida de un hijo, y la importancia de sobreponerse para acompañar a quienes son más débiles, como en su tiempo ella misma acompañó a los discípulos en la evangelización”.